18 de octubre de 2012

Corea del Sur - Buyeo - Fortaleza Busosanseong - Roca Nakhwaam



El salto de 3.000 mujeres 

Tras la visita a la fortaleza Hwaseong de Suwon continuamos el viaje por carretera y lo primero es parar a comer, en esta ocasión toca en una típica área de servicio, pero a la coreana, más se asemeja a un centro comercial con cines que a un complejo de carretera. 


En el exterior hay hasta pizza para comer de una cadena conocida, pero la sorpresa se encuentra en el interior: muchos mostradores donde pedir todo tipo de comida, principalmente asiática y no sólo coreana: desde fritos a sopas pasando por el consabido arroz con sus mezclas. Los platos están escritos en coreano o en inglés en ocasiones, pero lo más importante es que hay fotografías para ayudar en la elección, con lo que sin necesidad de saber qué es lo que se va a comer con certeza, se puede elegir sin tantas dudas. 

Elegimos un poco al azar, de momento Sonia, nuestra guía, no se atreve a pedir por nosotros, no se fía de nuestro paladar occidental, que está acostumbrada a que sus grupos de españoles le pidan las hamburguesas, las pizzas, y pasen del kimchi a la que pueden. 


La elección es una fusión chino-coreano-japonés, una sopa de udon con algas, picatostes grandes de pan tostado o algo muy similar y una especie de tortilla crujiente creo que hecha con los noodles con dos gambas plantadas en ella. Estaba buena la sopa, no para decir que era excelente, pero sí para comérsela sin reparos; el caldo estaba sabroso y eso es importante para que la sopa guste (o no, claro). Nota: los udon se pueden sorber que no es de mala educación. 


Entramos en la provincia de Chungcheongnam-do (mirar mapa), en el centro de la península coreana, donde los arrozales se encuentran a los pies de las laderas de las montañas. Este paisaje es el que nos va enamorando poco a poco, la compañía en todas las carreteras de las montañas a un lado o a los dos, un paisaje agradable y provocador de sueños senderistas. Lástima de fotos en el coche para mostraros lo que veíamos, que no sale ni una decente. 

La zona central de Corea es importante históricamente por las ciudades del reino Baekjae, que tuvo su apogeo durante el siglo IV, controlando gran parte del oeste de la península, hasta Pyongyang, la actual capital de Corea del Norte (es tan fácil como difícil imaginar la península formada por las dos Coreas). El reino fue empujado al sur por el beligerante reino Goguryeo en el año 475, estableciéndose primero en Ungjin (hoy Gongju) y luego en Sabi (hoy Buyeo) en el año 538, desde donde prosperaron fomentando las relaciones con China y Japón. Tras la rendición ante el reino de Shilla en el año 660, la región cayó en el olvido. 

Nosotros vamos a visitar algunos lugares en Buyeo, y es que es imposible pasar por todas las ciudades con bagaje histórico y había que elegir; incluso tuve dudas de si cambiarlo por la visita al templo Beopjusa, pero pensé que templos veríamos más, cada uno diferente y significativo, y aunque este tenía buenas valoraciones por sus bonitos paisajes que lo enmarcan, preferí quedarme con la parte histórica de un país para conocerlo mejor. 


La ciudad nueva de Buyeo es eso, nueva, construida al tiempo que el país, bueno, Seúl ha crecido más rápido, más alto y más de todo que casi el resto de ciudades, y en principio en ellas no hay nada mencionable de gran atractivo, casi todo se encuentra siempre a las afueras, las montañas, los parques nacionales, los templos.

La característica común que tienen las ciudades es el inmenso número de locales comerciales dedicados a la venta de todos los artículos, no sólo de ropa y restauración; hay calles enteras con local tras local dedicados a todo tipo de necesidades y gustos; esto es algo que también nos llamó la atención en Vietnam, ¿cómo es posible que puedan vivir de estos negocios si son miles de personas dedicados a lo mismo?. Según Sonia, es normal que al jubilarse se monte una pequeña tienda para sacarse un sobresueldo, pero yo creo que hay más gastos que ingresos. 

Nuestra visita en Buyeo es a la fortaleza Busosanseong (2.000W), que recibía también el nombre de Sabiseong porque protegía la ciudad de Sabi, la capital del reino Baekjae. Fue construida en el año 538 en el monte Busosan (106 m), del que recibe su nombre, y no solo tenía fines militares sino que en tiempos de paz se utilizaba como lugar de descanso. 

Entramos por la puerta Busosanmun


En ocasiones en el recinto de la fortaleza hay letreros para elegir el camino por el que se quiere ir y el lugar de destino. 


Nosotros seguimos a nuestra guía por un bonito sendero que asciende por el monte Busosan, pasando al lado del terreno donde se levantaba el templo Seoboksa, pero dejando atrás el sendero que conduce hasta un pabellón, Banwollu. 


Es que no siempre las indicaciones son tan claras como en la fotografía de antes, por eso seguimos a Sonia, aparte de la lógica razón de que ella debería saber los tiempos de subida y bajada, y sobre todo hay que respetar los tiempos de descanso de los trabajadores, si bien casi todo es pagable, tanto ellos como nosotros tenemos un límite, físico y/o monetario. 


Alcanzamos en algo más de media hora la roca Nakhwaam, donde se alza el pabellón Baekhwajeong, de forma pentagonal, que fue construido en 1929. 


En el interior del pabellón hay una tabla de madera en la que presuponemos hay escrito un poema. 


La roca se encuentra a orillas del río Baengmagang (o Geumgang) a 60 m de altura, y desde ella se cuenta que tres mil cortesanas del último monarca de la dinastía Baekjae se suicidaron en el año 660, tirándose al río para evitar el deshonor de caer en manos del enemigo.

 
La imagen de estas mujeres vestidas con supuestamente colores llamativos como los que se utilizan para los trajes típicos coreanos llamados hanbok, dio nombre a la roca, que significa “roca de flores caídas” y que pasó a simbolizar la fidelidad y lealtad de estas mujeres a su reino y a su rey. 

 
La realidad es que se lanzaron al río, pero el número de 3.000 se presupone abultado, cifrándose en unas 684, a las que se pueden sumar otras 200 cuando Corea perdió frente a Japón. 

Desde el pabellón y sus alrededores las vistas sobre el río no dan precisamente ganas de lanzarse pero sí de disfrutarlas, y además se puede ver ese ondulante y continuo paisaje montañoso que se encuentra en Corea en todas sus provincias del que os he hablado. 






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