16 de julio de 2013

Corea del Sur - Seúl - Torre Jongno - Callejón Pimatgol - Parque Tapgol



¡Independencia!

Último día en Corea y en Seúl, lo primero es coger el metro para solo una estación, pero es que lo que puede parecer cercano realmente no lo es en Seúl, al igual que no lo era en Tokio. Aunque ya la hemos visto desde lejos y desde cerca, e incluso hemos cenado en el restaurante que aloja en el piso superior tras nuestro paseo en autobús del City Night Tour nos acercamos hasta la Torre Jongno (estación Jonggak), que por supuesto se encuentra en el distrito Jongno-gu (mirar mapa). 


























La torre fue construida en 1999 por el arquitecto Rafael Viñoly, tiene 33 pisos de altura, aunque no existen los pisos 23 a 30 para que el edificio tuviera feng shui, y 132 m de altura. 

Por la noche es un pequeño faro en la oscuridad que reina en la zona. 




Desde el restaurante se obtienen buenas vistas de los alrededores de la torre, aunque Seúl no es una ciudad profundamente llena de luces, como comprobamos en el City Night Tour





Hago una mención especial al lavamanos de los baños del restaurante porque es una gran bañera con varios grifos, y aquello que nos sorprende o nos llama la atención tendemos a fotografiarlo y comentarlo. 


Junto a la torre se encuentra Bosingak Pavilion, pabellón que ha sido designado Tesoro Nacional, al que podemos ver en sus "poses" diurna y nocturna. 



El pabellón aloja Bosingak, la Gran Campana, que en realidad es una copia de la original que se guarda y exhibe en el Museo Nacional de Corea, museo que no hemos podido visitar por falta de tiempo, más bien programación del mismo, que ya se sabe que querer es poder. 

La campana está realizada en bronce, tiene 3,18 m de altura y fue construida en 1468 por orden del rey Sejo, siendo colocada al pie de la puerta de Namdaemun. Durante la dinastía Joseon sonaba dos veces al día: a primera hora de la mañana anunciando la apertura de las ocho puertas de la ciudad, y por la noche ordenando su cierre. Actualmente se toca al mediodía todos los días pero nosotros nunca la oímos. 


Caminamos la calle Jongno descubriendo lugares curiosos en ella, como el callejón Pimatgol o Pimagil. La calle Jongno, al estar situada cerca del palacio real Gyeongbokgung y de las oficinas del gobierno, era una calle muy transitada con oficiales de alto rango que pasaban bien a caballo bien en carruajes, y los ciudadanos estaban obligados a presentar sus respetos haciendo una reverencia, doblando el cuerpo hacia adelante en señal de respeto cada vez que se encontraran con uno de estos oficiales. Para evitar este incoveniente, ya que era imposible casi levantar el espinazo ante el tráfico de oficiales, la gente comenzó a utilizar un pequeño callejón situado detrás de la calle principal, que poco a poco se fue utilizando más y más, creciendo en él el número de bares y restaurantes, convirtiéndose en uno de los lugares más populares de la ciudad. El nombre, Pimatgol, significa literalmente callejón para evitar los caballos. Una de las historias curiosas con las que se topa uno de visita sin tener constancia de ello, ¡el ingenio al poder!

Hoy solo queda el estrecho callejón pero no se nota la vida en él que se menciona en la placa, más bien recuerda a los estrechos callejones que se pueden encontrar en el Barrio Rojo de Ámsterdam. 


Por la calle Jongno caminamos hasta llegar de nuevo al Parque Tapgol, que ayer nos lo encontramos con sus puertas cerradas. Alrededor del parque si que hay calles pequeñas llenas de restaurantes con sus banquetas pequeñas en la calle, como un recordatorio de lo que fue la zona y sus callejones. 


Tapgol es el primer parque creado en Seúl de estilo moderno, alrededor de 1890, y se abrió al público en 1913, haciéndose muy conocido por ser el punto de partida del Movimiento por la Independencia del 1 de marzo de 1919, cuando de cuatro a cinco mil estudiantes se reunieron en él gritando proclamas de independencia frente al colonialismo japonés, extendiéndose al resto del país. Por ello hay un monumento dedicado a este movimiento. 


También hay una estatua dedicada al patriota nacionalista Son Byeonghui. 


En este parque cerramos algo más el círculo histórico de la lucha por la independencia coreana, con las visitas al Parque de la Independencia y a la prisión Seodaemun.

En el parque hay un pabellón octogonal muy concurrido, Palgakjeon Pavilion, construido en 1902, y que fue el lugar del parque donde la gente se reunió y declaró la independencia de Corea el 1 de marzo de 1919.


La insistencia en visitar este parque es porque había encontrado información que en él se hallaba un monumento conocido como Samjeondo, monumentos históricamente importantes pero políticamente controvertidos, ya que marcaba el lugar donde la ceremonia de rendición de Corea ante Manchuria se habría llevado a cabo, cuando durante la dinastía Joseon se perdió la libertad nacional en las luchas entre ambos; significaban la aceptación del vasallaje del pueblo coreano al odiado imperio Qing. 

Tenía dudas de su localización, porque buscando en internet encontré que este monumento se encontraba realmente en esta dirección, 289-3 Seokchondong, Songpa-gu, pero nada mejor que acercarse a ver y comprobar.

En el parque efectivamente hay un monumento, pero el panel informativo no cuenta nada sobre Manchuria y el vasallaje de Corea, se trata de una tabla de piedra recordando el templo de Wongaksa que se construyó en este lugar en 1465, erigiéndose el monumento en 1471. 

Su forma recuerda a las estupas que hemos visto en los templos, la tabla de piedra se apoya sobre una tortuga, en este caso su cabeza se me asemeja mucho a un dragón de Komodo y menos a un dragón de los típicos, y en la parte superior hay dos dragones tallados. 



El nombre del parque viene dado precisamente por este templo Wongaksa, ya que aparte de este monumento también se conserva su espectacular pagoda, que se encuentra protegida por cristales. 

Es una pagoda de diez pisos y 12 m de alto, que curiosamente está realizada en mármol, un material raramente usado en la época de su construcción. Lo más llamativo es su elaborada decoración, ya que hasta el momento no las hemos visto así en ninguna parte del país; en ella hay grabados dragones, flores de loto, escenas de la vida de Buda y de una procesión que traía el dogma budista desde la India, pero lo que más destaca son los tejados que se han labrado en ella, un diferente y bonito detalle ornamental. Ha merecido la pena la insistencia en llegar hasta este parque. 




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