Otra madre triste
Desde las madrazas de Abdullah Khan y Modari Khan entramos de nuevo al
parque Samani, ya que se encuentra al lado, y obtenemos unas
interesantes vistas de estas madrazas durante el paseo.
En el parque nos encontramos con un Monumento al Dolor de las Madres, custodiado por dos pabellones, en los que con planchas de bronce se rinde homenaje a los caídos en la Segunda Guerra Mundial.
La
escultura de la madre es casi igual a la que vimos en Tashkent, aunque
en esta ocasión la expresión de la madre no nos parece tan angustiosa; a sus pies arde la llama eterna.
Continuamos nuestro paseo tranquilo por el parque, buscando en lo que podemos la sombra, ya nos parecemos a nuestro guía Oyott.
Llegamos hasta la zona donde se encuentran las atracciones de feria.
En el mausoleo de los Samani tenemos la recompensa de su reflejo en el estanque.
Al
fondo del parque hay un gran estanque, en el que parece que se pueden
alquilar barcas para remar, y seguro que más de uno se da un buen baño,
pero estaba tranquilo; no como los restaurantes junto a él, que a pesar
de la hora ya tarde para comer y pronto para cenar, tenían su público
alborotado y los olores de la comida pululaban en el aire.
Junto al estanque se mantienen en pie algunos lienzos de la antigua muralla que protegía Bukhara.
Nos merecemos hidratarnos tras el paseo, y a ser posible con algo que lleve azúcar, para intentar reanimar nuestros cuerpos en la medida de lo posible.
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